De vez en cuando aparecen personas que lo cambian todo. Tanto que sería muy difícil siquiera imaginar el mundo sin ellos. En física, algunas de estas personas son Newton, Einstein, Dirac, Feynman… y Stephen Hawking.
Las contribuciones de Hawking a la ciencia son bastas y potentes. Estas trazaron el curso a seguir que tuvo la astrofísica y la cosmología moderna desde la segunda mitad del siglo XX. Como si esto fuera poco, fue el pionero en la divulgación científica altamente especializada para público general (algo que se consideraba impensable en cierta época). Y todo esto con una entereza y fortaleza física sobrehumana, digna de Hollywood.
Pero vayamos por partes. El físico Stephen Hawking fue uno de los protagonistas en la búsqueda de la unificación de la mecánica cuántica y la Relatividad General. Aunque aún hoy no tenemos una teoría completa, Hawking plantó las bases de nuestro entendimiento acerca de cómo los efectos cuánticos interactúan con la gravedad.
Demostró que los agujeros negros emiten una sopa de partículas calientes que disminuyen la energía y masa del agujero, y que por lo tanto, hacen que este se evapore. Este efecto netamente cuántico, llamado radiación de Hawking, implica que los agujeros negros evolucionan en el tiempo, pueden crecer al absorber energía y materia, pero increíblemente también pueden morir al emitir radiación. Este solo fenómeno cambió completamente el paradigma de toda la física, algo de lo cual muy pocos físicos pueden presumir.
Hawking también se propuso el desafío de divulgar. Pero a lo grande. Escribió el libro “A Brief History of Time” que marcó un hito en libros de divulgación científica. Hoy parece natural ver en estantes de cualquier librería decenas de libros de ciencia, pero en 1988 la ciencia especializada estaba restringida a las aulas y a los papers.
Hawking demostró que era posible escribir un libro con nociones complejas de ciencia que pudiera convertirse en Best Seller. Este libro sirvió de inspiración a miles de científicos en ciernes, pero aún más importante, mostró que la sociedad está ávida de entender lo que la rodea, de absorber los últimos avances científicos, a tal punto que un solo libro pudo revolucionar toda la industria editorial de la época. Luego de esto, escritores y científicos se volcaron a escribir sobre ciencia como nunca antes, logrando que lentamente, la ciencia se vuelva parte de la cultura popular. Este es, sin duda, uno de los mayores legados de Hawking.
Hawking siempre despertó fascinación por su fortaleza. La montaña de logros que obtuvo a lo largo de los años, con el desgate producido por su enfermedad, es algo inimaginable para cualquier ser humano.
Sin embargo, esta fascinación hacia él siempre fue por su mente. No por su mente científica, sino que por estado mental de continua alegría, curiosidad y dedicación al trabajo. Fue esta actitud mental hacia la vida lo que lo llevó a viajar por todo el mundo (Chile y la Antártida incluidos), flotar en microgravedad en el avión G-Force One, participar en variados SITCOMs (Los Simpsons, Star Trek y The Big Bang Theory) y al mismo tiempo, siempre estar pensando en ideas científicas frescas y novedosas, entre muchas otras cosas. Supongo que en cierta forma, Hawking también demostró que lo más valioso que puede tener un ser humano es su mente, y la actitud de esta hacia el mundo que la rodea.
Sir Isaac Newton dijo una vez que él pudo ver más lejos porque estaba parado sobre hombros de gigantes. Es por esto que debemos estar alegres como humanidad, ya que ahora todos podremos ver más allá, más lejos y más profundamente como nunca antes. Hay un nuevo gigante en el firmamento.
*Imagen portada: Larepublica.ec