Inicio Explora Malón Constituyente Glosario Constituyente

Glosario Constituyente

0

Un malón de términos que recomendamos leer antes de disfrutar los artículos de este número.*

Legitimidad:  Etimológicamente la legitimidad se refiere cuando algo está conforme a las leyes. Referida al poder, requiere que sus gobernantes sean aceptados por un pueblo que está de acuerdo en ser gobernados por ellos, cuestión que en los últimos 200 años se ha resuelto principalmente por la vía democrática a través de las urnas. Este es el principal problema de la constitución actual, escrita durante una dictadura por personas que no contaban con la legitimidad de los ciudadanos. A partir de ese hecho, y a pesar de todas sus reformas, Chile se rige bajo un contrato social sin sentido de pertenencia entre sus ciudadanos. Pero actualmente la crisis de legitimidad no está ligada solo a la constitución, sino a la mayoría de las instituciones que conforman la estructura democrática en Chile: la prensa, la justicia, el poder ejecutivo, las fuerzas de orden y seguridad, y muy profundamente el poder legislativo. Ante esta desconfianza total, las personas decidieron en el último plebiscito del 25 de octubre redactar una nueva constitución, con representantes electos solo para ello y no por parlamentarios, diseñando un espacio democrático en que la ciudadanía (otro concepto con matices) sea lo más amplia posible, asegurando de esta manera que a mayor representatividad mayor legitimidad también (suena fácil pero no lo es). Para ello, y como veremos en este artículo se ha diseñado una convención constitucional que incluya paridad, escaños reservados, cupos para independientes, todo ello con representación territorial. 

Paridad: La nueva constitución será redactada por un grupo de personas cuya composición será 50% mujeres y 50% hombres, que significa presencia y toma de decisiones equitativas. Transitar de una constitución pensada e inspirada por y para hombres blancos heterosexuales, hacia una Carta Fundamental redactada con paridad, es un avance tan grande que no se ha logrado hacer en ningún otro país del mundo. Se trata, en pocas palabras, de un logro de nuestra sociedad. ¿Esto asegura una constitución con enfoque de género? Según Beatriz Vega, cientista política y miembro de la Red de Politólogas, “eso dependerá de cómo se articulen las demandas de género en el proceso, y cómo las mujeres conservadoras, y también los representantes masculinos, se plieguen a estas demandas. Por ejemplo, es muy probable que la equidad salarial concite apoyo de mujeres con diversas sensibilidades, no así la inclusión de derechos sexuales y reproductivos”. A partir de ese hito la convención constitucional paritaria se enfrentará a las lógicas que tenemos a diario en nuestra sociedad machista y deberá tratar de superarlas, como mujeres haciendo el trabajo ejecutivo con hombres protagonizando el discurso público, por ejemplo. 

Elite: Podemos entender una elite como un grupo selecto, minoritario y privilegiado de personas. En el pasado plebiscito del 25 de octubre las comunas de la región metropolitana que ganaron en la opción rechazo fueron interpretadas como el corazón de la elite chilena, que manifestó su conformidad con una constitución que sería funcional a sus vidas. Frente a eso, muchos han querido desmarcarse de ese grupo para participar de la convención constituyente.  Pero no es necesario haber votado rechazo para ser parte de la elite. Según Teun Van Dijk, dentro de una sociedad pueden existir distintos tipos de élites, siendo todos “grupo(s) en la sociedad que tienen mayor capital simbólico, osea «más que decir», y por ende también un “acceso preferencial a las mentes del público general”. Como líderes ideológicos de la sociedad, ellos establecen valores, metas y preocupaciones comunes; formulan el sentido común como también el consenso, tanto a nivel de individuos como también a nivel de líderes de las instituciones dominantes de la sociedad”. Por eso no es tan extraño ver figuras de la televisión, académicos, influencers, artistas y políticos ofreciéndose para redactar la nueva constitución. La paradoja será que quien se una a la convención (aparentando distancia de cualquier grupo privilegiado) automáticamente será parte de una nueva élite. 

Dos Tercios: Se refiere al quorum de votación necesario para realizar cambios y/o aprobar acuerdos. En la actual constitución el quorum de dos tercios es conocido como “uno de los cerrojos” diseñados para evitar cualquier cambio del texto redactado en 1980. Esto porque para lograr hacer cualquier reforma es necesario tener sobre un 66,6% de parlamentarios a favor, lo que según la conformación política del parlamento nunca ha sido posible, incluso eliminando el sistema binominal. Dicho de otra forma, los dos tercios sobre un texto ya escrito le entrega el poder de veto a las minorías.  Sin embargo, para escribir una nueva constitución dicho quorum deja de ser un cerrojo y se convierte en un garante de grandes acuerdos, ya que al menos el 66% de los constituyentes deberán votar a favor los artículos que tendrá la nueva carta magna asegurando una mayor legitimidad de ésta. Con esta fórmula las minorías no tendrían el poder de veto que tienen actualmente sobre una constitución ya escrita y estarían obligadas a convencer a los demás para poder aprobar sus propuestas. Este quórum no ha estado exento de críticas y hay sectores que proponen tres quintos y otros quienes proponen mayorías del cincuenta por ciento más uno. Lo cierto es que hasta ahora y según el acuerdo del quince de noviembre todo parece indicar que serán los dos tercios los que primarán en la Convención Constitucional. 

Independientes: En principio se refiere a aquellas personas que no tienen militancia política. Este concepto ha sido uno de los más discutidos en el último tiempo, con muchas preguntas que podrían incluso reconfigurar el escenario político. ¿Ser independiente es un valor en sí mismo? ¿A quién representa y rinde cuentas un independiente? ¿Ser parte de una élite económica, cultural o X, es válido para seguir manteniendo la categoría de independiente? ¿Se puede competir como independiente sin tener capital social?. Construir espacios de discusión y toma de decisiones sin órganos de control hacia sus representantes (que es el actual rol de los partidos políticos) es algo inédito en nuestra historia democrática. Hasta ahora los partidos, con sus luces y sombras, aseguraban cierta coherencia ideológica a la hora de redactar leyes y defender principios, pero hoy los ciudadanos no quieren personas sujetas a esas estructuras y están apostando a la validez identitaria y trayectorias morales para enfrentar este enorme desafío. Esta experiencia puede traer reformas innovadoras a nuestro sistema de representación, y requerirá de ajustes importantes dentro de los mismos partidos para resignificar el valor de los proyectos colectivos.  

Ciencia: ¿Y por qué este concepto? Porque estamos en el Malón Constituyente de Chilecientífico. Hay tantas definiciones de ciencia como gotas en el océano, pero tomaremos la definición de la RAE que la describe como el “conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente”. En esta oportunidad este conjunto de conocimientos será de vital importancia para defender asuntos como el cambio climático, el derecho a la salud, la equidad territorial, entre otros. Desde un punto de vista instrumental, la ciencia en sí misma no resolverá todos los dilemas que tenemos como sociedad para escribir la nueva constitución. Los derechos sexuales y reproductivos, por ejemplo, requieren algo más que observación y capacidad predictiva, sino discusiones valóricas en las cuales muchas veces la ciencia se ha utilizado al servicio de argumentaciones fuertemente ideologizadas. ¿Cómo abordaremos la ciencia entonces en la nueva constitución? El desafío es precisamente transitar desde la ciencia como instrumento argumentativo hacia la ciencia como necesidad y derecho social para el bienestar de los ciudadanos. Sin ir más lejos, una de las grandes lecciones aprendidas durante la pandemia ha sido que, sin seriedad e independencia en la construcción del conocimiento, los países se han vuelto dependientes y vulnerables frente sus necesidades, como acceso a respiradores artificiales, contar con metodologías transparentes para el conteo de enfermos y/o fallecidos, o al desarrollo local de vacunas, por mencionar algunos casos.  

*La selección y definiciones son cortesía de Dinka Acevedo, periodista científica y editora de ChileCientífico.

No hay comentarios

Dejar respuesta

Por favor ingrese su comentario
Por favor ingrese su nombre aquí