Desafíos Pendientes en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Hace dos años, en este misma fecha, me preguntaba con mucha desazón qué historias les contaríamos a las niñas que querrían estudiar ciencias, tras una deplorable presentación de la Hoja de Ruta para la Igualdad de Género en Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, realizada por el MINCTCI tres semanas antes de que se celebrara el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Les invitaba en esa columna a prestar atención a la deserción de mujeres en la carrera científica, producto de la violencia machista y patriarcal de la academia nacional y de las fallas que seguía teniendo el sistema: como financiar la investigación de acosadores y abusadores sexuales, entre otras.[1]

El año pasado, con más esperanza, les contábamos aquí en Chilecientífico, sobre la urgencia de contar con una legislación que prohibiera y sancionara el acoso sexual en los espacios universitarios, porque allí es donde se forman las personas que hacen investigación en Chile.[2]

Hoy, que se celebra por séptima año consecutivo el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, podemos decirles con plena alegría que contamos ya en Chile con la Ley Nº21369 que tipifica el acoso sexual y la violencia de género y les da plazo hasta septiembre de 2022 a todas las instituciones de educación superior para implementar políticas integrales orientadas a prevenir, investigar, sancionar y erradicar el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género de estos espacios, como también proteger y reparar a las víctimas.[3] Todo ello gracias al arduo e incansable trabajo de la Asociación Red de Investigadoras,  entre muchas otras organizaciones feministas que han luchado y siguen luchando por erradicar la violencia machista de los espacios de formación superior.[4]

No obstante, aún quedan temas pendientes para que podamos trabajar seguras y que son desafíos que deberá afrontar con altura de miras el nuevo gobierno, que se ha comprometido en erradicar la violencia machista y reducir las brechas de género.

Por ejemplo, aún no se logra igualdad salarial entre hombres y mujeres en las universidades del CRUCH, ni qué hablar de las privadas fuera del CRUCH. Todavía se financia investigación con fondos ANID liderada o compuesta por equipos de investigación de acosadores y abusadores sexuales. Además, las universidades no se preocupan de revisar los antecedentes de las personas que contratan o promueven a cargos directivos, sin importarles que estos cuenten con denuncias por Violencia Intrafamiliar o Abuso Sexual. Y no hay que dejar de mencionar que aún se mide la productividad de hombres y mujeres con la misma vara, pese a que es sabido que debemos cumplir con tareas de cuidado en esta sociedad y eso repercute en nuestra productividad y salud mental.[5] Sin fuertes políticas afirmativas tempranas que garanticen una justa medición de nuestra productividad, no podemos ni siquiera competir contra los hombres, pues debemos trabajar el triple para lograrlo.[6] 

Se hace urgente que en ciencia y en todas las áreas del conocimiento el nuevo MINCTCI y el nuevo MINEDUC tomen en serio la reducción de brechas y violencia machista en los espacios de generación de conocimiento nuevo, con políticas afirmativas fuertes que permitan que las niñas y mujeres desplieguen todo su potencial en las diferentes áreas del saber, pues ya hemos dejado en claro que la diversidad es positiva y nos permite generar más y mejor conocimiento, como también hemos gritado fuerte y claro que: nunca más sin nosotras!  


[1] https://chilecientifico.com/otra-historia-sobre-mujeres-en-ciencias/

[2] https://chilecientifico.com/por-seguridad-justicia-y-equidad-para-las-mujeres-en-ciencia/

[3] https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1165023

[4] https://chilecientifico.com/nueva-ley-para-erradicar-la-violencia-de-genero-en-la-educacion-superior/

[5] https://chilecientifico.com/madres-investigadoras/

[6] Xie, Y. y K.A. Shaumen (1998), “Sex Differences in Research Productivity: New Evidence About an Old Puzzle”, American Sociological Review, 63 (6):847-870.

Imagen Gentileza; El Mostrador